Q'Hubo, el láguido adiós de El Caleño

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Resumen
Desde agosto del año 2005, una popular expresión de saludo se convirtió en la sentencia de muerte del periódico sensacionalista El Caleño. Cuando empezó a circular Q´hubo, la vida del insigne diario amarillista empezó a apagarse. Lo paradójico es que quien propició el cierre de la tradicional oficina marcada con el número 3-20 de la calle 25 fue Rubén Darío Valencia, un periodista hecho a pulso en la redacción de El Caleño. “Nuestra intención jamás fue esa. De hecho, siempre hemos creído que El Caleño y Q`hubo son dos periódicos completamente distintos: enfoques, escritura, composición, todo es diferente”, se defiende Valencia. Lo cierto es que en las calles, en tan sólo una década, El Caleño empezó a diezmar su circulación mientras Q´hubo se convertía en punto de referencia en los programas radiales de la mañana y en las tiendas de los barrios.