Literatura - Monográfico
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Ítem Cimarronería poética(Universidad Icesi; CESA; Universidad del Norte; Universidad Eafit, 2023-10-01) Maturana Córdoba, Oscar; Valderrama, Carlos A.; Valderrama, Carlos A.Los poemas que aquí entregamos hacen parte de los trabajos “Bolívar y el Despertar Negro” y “Recuerdos del Litoral” de Oscar Emilio Maturana Córdoba. Hemos decidido cambiar el orden de la edición original y organizar los poemas por temáticas. Le llamamos Cimarronería poética no solo porque su autor fue uno de los miembros más importantes del movimiento cimarrón en Colombia, sino porque también estos poemas enuncian y evocan el pensamiento cimarrón que cuestiona y señala, con rigor, las herencias del sistema esclavista que no permite que los afrocolombianos sean verdaderamente libres en Colombia. La importancia que tiene para el autor las discusiones, temas y denuncias raciales que hace en estos trabajos poéticos le valieron para que el afroamericano Laurence Prescott lo llamará “El Poeta de las NegritudesÍtem Instantáneas del cuento latinoamericano.(Universidad Icesi, 2022-04-01) Shua, Ana María; Sánchez Carbó, José; Alves-Bezerra, Wilson; Tafur González, Javier; Bejarano, Alberto; Zúñiga Labio, Diana Fernanda; Arango Llanos, Jacobo; Toro, Hernán; García Carreño, Miguel Ángel; Villano, Jaír; Chiquillo Vilardi, Yessica Andrea; Navia, Carmiña; Rodríguez Henao, Jennifer; Sánchez Romero, Montserrat; Carrillo Salazar, Mónica Lorena; Jarrín Ballesteros, Humberto; Gómez Goyeneche, María Antonieta; Patiño Millán, Carlos; Sánchez Noguera, Jorge Mario; Chávarro Orozco, Luz María; Bautista-Cabrera, Álvaro; Gómez Cardona, Fabio; Páez Avilés, Daniela; Gómez Rey, Nicolás; Triana, Tania Camila; Mora Moreno, Sergio Antonio; Cuenú Mosquera, Yaír André; Moreno Blanco, Juan; Narváez Espinosa, John; Morales Becerra, Diana Carolina; Velasco, Robert Antonio; Gómez Borrero, EugenioUn cuento es el ejercicio de captar la emoción en el momento preciso, lo que permite que lector, narrador y protagonista respiren al unísono. La insistencia en un tema avanza paso a paso, escena tras escena, para adentrarse en un espacio cuya luz cesa de repente cuando nos encontramos a punto de abrir la puerta a una revelación. ¿Cómo, desde dónde se narra, quién lo hace, como se elige el narrador? Algunas ponencias nos invitan a pensar desde dónde se cuenta la historia. ¿A quién pertenece la voz y en qué fundamenta el poder o la autoridad que tiene para contarnos la historia que elige narrar? No deja de haber una muy cierta referencia a su propia experiencia. Vivificar o recrear el relato y luego el reencuentro con la historia como un ejercicio de memoria que se recupera, un pasado que no se pierde, la historia que regresa convertida en literatura. Hablamos de narrar un instante. Vale decir que un escritor de cuentos debe tener el oído tan afinado como para sentarse a escuchar lo que sucede a su alrededor tanto como aquello que guarda en su mundo interior. Es por ello que el trabajo del narrador en la construcción del relato, se presenta como una visión particular dirigida a la manera como se presentan los cambios en la voz de un mismo escritor, en los mundos de sus relatos. Hay capítulos en este libro que apuntan en ese sentido: cómo en el escritor, dentro de él, en su estilo y de acuerdo al cambio de perspectiva narrativa, puede observarse una evolución estilística que bien puede obedecer a la reescritura de algunos de sus textos o a la manera diferente de considerar el mundo que tiene ante sí para contar [Gabriel Jaime Alzate].Ítem 8 cuentos. - Primera edición(Universidad Icesi, 2017-01-01) Cano, Danny RicardoEste libro recoge los mejores cuentos recibidos en la convocatoria de la primera edición del “Concurso bianual de cuentos para jóvenes Andrés Caicedo”: cuatro mensiones especiales y los tres cuentos ganadores. Además de estos textos, se incluye un cuento inédito de Andrés Caicedo seleccionado por José Zuleta. Este concurso surge como una forma de hornar la memoria de Andrés Caicedo en el marco de la celebración del aniversario número cuarenta de la novela ¡Que viva la música!.Ítem Apostillas(Universidad Icesi, 2010-04-22T00:26:51Z) Kremer, HaroldHace algunos años, intentando encontrar un acertado camino que me permitiera cautivar para la lectura y escritura a los estudiantes de un colegio de Cali, llegué por azar a la crónica. El cuento, varias veces contado, partió de una pregunta que me había planteado tiempo atrás, y que quiero repetir ahora: seducir para la literatura a un grupo de estudiantes bombardeados por la mediocridad e inmediatez de los medios audiovisuales, por la carencia de tradición familiar en la lectura, por teorías que eliminan el texto literario y por relatos alejados de su propia realidad? La respuesta empezó con el cuento y, sobre todo, el minicuento. La brevedad permitía el que un texto pudiera leerse y analizarse en una sesión. Y después de levantar la historia y observar el tratamiento en el relato se recurría a un ejercicio que involucraba las posibles historias "reales", conocidas o vivenciadas por ellos, similares o parecidas a la del relato leído. Descubrí que un texto, además de la verosimilitud de su propio universo narrativo, era mucha más creíble para los estudiantes si se asemejaba en algo al mundo vivido por ellos. Y esta segunda verosimilitud, tan ajena y cercana a un relato literario, era la que los atraía a la lectura y a la iniciativa de crear sus propias narraciones, de producir textos en donde todo lo que se cuenta sucedió en la vida real y es verdad de principio a fin. De esta manera llegamos a la crónica, a la lectura de crónicas y, posteriormente, a la posibilidad de escribirlas.Ítem Vida de una mujer(Universidad Icesi, 2010-04-22T00:25:57Z) Guerrero Gómez, Rossi LeanyInés nació en 1957, un 2 de febrero en Manizales. - Recuerdo ese montón de escaleras en el barrio Belálcazar, y las piernas tan bonitas de las muchachas que vivían en esas lomas. ¡Mucho ejercicio! -dice sonriendo. A los cinco años se vino a vivir a Cali, con su hermana Filia, de seis años, y su madre. La última vez que Inés vio a su padre tenía cuatro años: - Lo recuerdo corno si fuera ayer, ese beso y ese abrazo fue algo tan especial, me hizo sentir tan protegida. En Cali les tocó muy duro y mientras la madre de Inés trabajaba, ellas se quedaban solas en casa. Rosalba, la madre de Inés, tenía un bar de prostitutas y ella misma lo administraba. Por tanto trabajaba todas las noches, mientras las niñas se quedaban jugando. A Inés nunca le gustaron las muñecas, prefería más bien las bolas, el escondite, la pelea. Para lo único que le gustaban las muñecas era para dañarlas, para jugar al doctor o para escondérselas a su hermana Filia. Por las noches cuando Rosalba se iban a trabajar Inés y Filia se iban para la calle a jugar hasta las 110 12 de la noche, pero no hacían nada malo. - Éramos tan unidas e inocentes -dice sonriendo con nostalgia. Un día cualquiera se llevaron a Filia a vivir a un convento y después de un tiempo se la llevaron para Manizales donde una tía. -La dejé de ver por muchos años, la extrañé mucho. Desde entonces y hasta hoy Filia no ha podido perdonar a su madre y si en algún momento llegan a hablar siempre terminan peleando. Tiempo después Rosalba resultó en embarazo, y su nuevo esposo se fue a vivir con ellas. -Ahí empezó mi calvario, nunca había visto algo semejante.Ítem Con ganas de vivir(Universidad Icesi, 2010-04-22T00:24:41Z) López Torres, Patricia AndreaLeonardo vivía en Villavicencio con el abuelo y dos hermanas. Desde pequeño cuidaba a sus hermanas para que su abuelo no las golpeara en las noches cuando llegaba borracho. Sus padres mantenían viajando, dándose la gran vida. Cuando tenía diecisiete años empezó a salir con amigos del colegio. Rumbeaba dos o tres veces a la semana, y como en la casa no le decían nada continuaba saliendo y emborrachándose. En la medida que avanzaban en su vida libertina, empezaron a tener relaciones sexuales con muchachas del colegio. En una de esas noches de embriaguez, Leonardo, por demostrar su hombría ante sus compañeros, y por la constante burla de ellos que decían que era homosexual porque todavía no se había acostado con una mujer, decidió hacerlo con una compañera muy "experta" en el tema, que tenía su misma edad. - Pasaron tres meses y Carolina, la joven de aquella noche, tuvo problemas en el colegio y la expulsaron. A los seis meses me dijeron que se había muerto. Yo muy inocente pregunté la causa de su muerte -dice Leonardo, deteniéndose un momento y aspirando fuertemente un cigarrillo-o La respuesta a esa pregunta me la dieron rápido: había muerto de Sida. En ese instante recordé con gran arrepentimiento la noche que estuve con ella. Para mí fue muy duro porque yo no tenía conocimiento claro de esta enfermedad: lo que sabía era que se transmitía sexualmente y que servía para discriminar, señalar y rechazar a la gente.Ítem La mentira(Universidad Icesi, 2010-04-22T00:23:22Z) Pérez, Eliana MaríaCuando tenía tres meses de embarazo les dije que iban a ser padres. Antonio, sin mediar conmigo muchas palabras, no lo aceptó, y tuve que rogarle un buen rato para que no me dejara. A Fernando ni le importó y esa fue la última vez que supe de él. Manuel no lo pensó dos veces para proponerme matrimonio y yo tampoco pensé para aceptarlo de inmediato, pues aunque estaba convencida de que amaba a Antonio, también sabía que mi relación con él no tenía futuro. ''A pesar del compromiso seguí mi relación con los dos. El problema fue que apareció la culpa y por eso creí que Antonio debía saber del matrimonio. Esa noche estábamos en su casa, como de costumbre, cuando sin muchas vueltas se lo dije. Al principio se enfureció, pero luego no me creyó capaz y como yo no le volví a comentar sobre el tema, pensó que le había mentido para comprometerlo económicamente con el bebé que estaba esperando. "Recuerdo que el día de mi matrimonio, en algún momento de la mañana sonó el teléfono y era Antonio. Estuve a punto de pedirle que nos voláramos juntos, pero no tuve el corazón para eso. Pensé en mi familia, que tanto ya estaba sufriendo por mi culpa, y en Manuel, que estaba apostando todo por mí. Así que sólo lo saludé y me despedí de él como si nunca lo volviera a ver.Ítem Si no la cagan a la entrada, la cagan a la salida(Universidad Icesi, 2010-04-22T00:22:17Z) Zambrano, Jesús EduardoRecuerdo muy bien que aquel sábado nevó toda la mañana, las calles estaban llenas de nieve, los niños veían televisión mientras yo arreglaba la cocina y mi esposo reposaba en nuestro cuarto. Juan bajó como a la media hora, después de que terminamos de almorzar, y me dijo que tenía que salir, que tenía una cita con un cliente. A mí se me hizo raro porque la noche anterior, durante la comida, no comentó nada, y él siempre hablaba sobre su trabajo cuando estábamos sentados a la mesa. Es más, ya teníamos planes para salir en la tarde a patinar sobre hielo. Los domingos siempre hacíamos una salida familiar, dependiendo de la estación en la que estuviéramos. Si estábamos en verano, íbamos a la playa, y si estábamos en invierno, buscábamos algo relacionado con la nieve. En fin, éramos la familia perfecta. Hacía rato algo me decía que Juan tenía otra mujer. Yo nunca había tocado el tema, pero ese día estaba más que segura que se iba a ver con otra mujer. Una, como mujer, tiene un sexto sentido, y ese nunca falla.Ítem Tatiana(Universidad Icesi, 2010-04-22T00:20:38Z) Tafur Blandón, Dennis OrlandoTatiana, hombre de sinceridad aguda y fuerte carácter, nació en Cali hace veintiocho años en una familia integrada sólo por su papá y su mamá. El padre los abandonó a los dos años. En su niñez tenía amiguitos, estudiaba y era muy consentido en su casa. Tenía mucho afecto de parte de la mamá, que trataba de cumplir el papel de madre y padre, pues sabía la importancia para un niño de tener una figura masculina. Le dio el estudio sin ayuda del papá porque nunca más se volvió a saber de él. A la edad de ocho años, Juan Camilo, como se llamaba en esa época, notaba que no le gustaba jugar con carros: prefería las muñecas y admiraba ver a su mamá mientras se maquillaba. "Uno siendo niño puede notar que hay algo diferente pero no sabe qué es, al tiempo te das cuenta de que es algo que debe aceptarse para sí mismo. Recuerdo que me gustaba la ropa de mis amiguitas, la de mi mamá, y cuando ella no estaba intentaba maquillarme solo.Ítem Tenaz(Universidad Icesi, 2010-04-22T00:19:28Z) Ochoa V, Claudia Vy en lo único que podía pensar era en la trivialidad e insignificancia con que lo estaban condenando: kilo y medio. es eso? Una ridiculez en comparación con lo que había tratado antes: una, dos, hasta tres toneladas y media de polvo llegó a manejar con los Rodríguez, y ahora piensa que lo encierran de por vida por un banal, despreciable e infeliz kilo y medio. eso nombre? Dio puños y patadas hasta que fue reducido por los policías que lo cogieron. Corría, los insultaba, no creía lo que estaba pasando; sabía que esta vez sí iba a ser compleja e intrincada su salida, pues estaba consciente del riesgo que corría si lo sorprendían con droga. Cadena perpetua eran dos palabras que nunca pasaban por su cabeza cuando hacía lo suyo.Ítem La reina de la noche(Universidad Icesi, 2010-04-22T00:17:39Z) Arismendi Muñoz, Carlos AndrésNací en Cali hace veintiséis años y soy estilista desde hace seis. Trabajo en todo lo que tiene que ver con belleza, maquillaje, corte y asesoría de imagen. Fuera de la peluquería trabajo como maquillador para comerciales y he hecho alrededor de unos treinta catálogos de ropa. También hago fotografía, doy asesorías de pasarela y hago shows: soy transformista desde hace cuatro años. Considero que es un arte, otra forma de mostrar el sentimiento y la creatividad del ser humano.Ítem Orejas, el vigilante de la 89(Universidad Icesi, 2010-04-22T00:16:28Z) Vanegas, Olga LucíaA las ocho de la mañana de un soleado día, en una de las cuadras del barrio San Joaquín, aparece en una bicicleta un hombre de orejas grandes con rasgos indígenas muy marcados: es Luis Parménides Mosquera, pero todos lo conocen con el mote de "Orejas': A los treinta y dos años es el vigilante más antiguo de la cuadra. Orejas se acerca a saludar a su primo Carlos, quien estuvo realizando el turno anterior de veinticuatro horas, y sostiene con él una conversación acerca de lo que aconteció la noche anterior.Ítem Yagé(Universidad Icesi, 2010-04-22T00:15:18Z) Uribe Restrepo, AlejandroLas almas comúnmente llamadas energías, a las seis de la tarde, empiezan a jugar con el inofensivo cuerpo de Iaku. Me encuentro saliendo de clase en la universidad, son las seis y diez de la tarde. Suena mi celular. Ángela, mi novia, me pide comprar un brownie para Iaku porque necesita comer algo lo más rápido posible.Ítem Paz y alegría(Universidad Icesi, 2010-04-22T00:14:03Z) Duque Alzate, XimenaEl hogar Paz y Alegría se fundó hace siete años, cuando un grupo de señoras de la sociedad caleña decidieron crear un sitio para recibir y dar todo lo necesario a veinte niñas que no eran aceptadas por Bienestar Familiar. Para esa época el padre Kelvin tenía, en Montebello, una fundación con cien niñas hacinadas. Una señora del grupo decidió donar un terreno en Rozo con una casa amplia, justa para albergar a las niñas. Estas damas le contaron su deseo al padre para que se trasladara, pero este se negó. En ese momento comenzó la construcción del Hogar. La directora del Hogar de la Luz, la hermana EIsa María, estuvo de acuerdo con las señoras y se fue, con veinte niñas, para la nueva fundación. Después de un tiempo la hermana no se sintió a gusto con el grupo de la población que trabajaba, pues prefería trabajar con bebés, y dejó la Fundación.Ítem El navegante ilegal(Universidad Icesi, 2010-04-22T00:12:27Z) Lince, Juan BernardoPaché nació en el puerto de Buenaventura, en el seno de una familla numerosa y muy pobre. Es el mayor de cinco hermanos: tres hombres y dos mujeres. Hijo de un lanchero que se dedicaba, junto con otro amigo, a ofrecer viajes a las playas vecinas. Hijo, también, de la "mejor mujer que he conocido, junto a mi esposa': un ama de casa incansable, siempre pendiente del bienestar de sus hijos y de su marido. Su infancia la pasó alIado de sus padres, quienes les brindaron a todos los hijos mucho cariño y afecto. El único abuso que vivió en su infancia fue el de la pobreza. Pobreza que lo atormentaba todos los días. La situación era muy dura porque su papá se iba por largos periodos para ganarse el pan de la familia. Había veces en que su papá llegaba justo cuando ya no quedaba nada que comer en la casa, y había veces en que no llegaba. Paché obtuvo su grado académico en un colegio oficial en el puerto de Buenaventura. Cuando se graduó, en lo único que pensó fue en alejarse de su familia para valerse por sí solo y, también, para aliviarles un poco la carga económica. Fue cuando se alistó en la Armada Nacional de Colombia.Ítem Entre demonios(Universidad Icesi, 2010-04-22T00:11:06Z) Arcila, María AndreaY al fin, después de casi dos años, llegó el día esperado: una batalla a muerte, Satán luchando contra Cristo, y ella, por primera vez a sus escasos quince años, protagonista. Eisa debía encarnar el papel de Cristo y librar del demonio a dos jóvenes mellizas. "Si yo hubiera sabido lo que iba a pasar esa tarde allí, nunca hubiese decidido emprender esa lucha contra el dice. La habitación estaba en completo silencio, las poseídas estaban tendidas boca arriba. Eisa se encontraba justo enfrente de sus rostros, arrodillada. El Pastor sentado a su lado y los otros cuatro miembros de la iglesia parados, uno en cada esquina.Ítem La ceguera(Universidad Icesi, 2010-04-22T00:09:48Z) Llano, María TeresaEmiro trabajaba en la empresa Carvajal y Compañía. Se desempeñaba en el cargo de Kardex, manejando una serie de repuestos; cada uno de éstos tenía una referencia y cada referencia se componía de diez a doce letras o números para definir si era tornillo, tuerca, resorte, cierre o alguna otra cosa. Emiro memorizaba todas esas referencias, utilizadas para mandar repuestos a todo el país. Un día se percató de algo que le venía sucediendo, algo a lo que no le había prestado mayor importancia porque pensó que era consecuencia del cansancio. Cuando iba a anotar la referencia de alguno de los repuestos, notó que un 3 se le convertía en un 8, o que una "a" también se le parecía a un 8. Debido a esto se decidió por empezar un seguimiento con el Seguro Social.Ítem El cinturón de fuego(Universidad Icesi, 2010-04-22T00:08:39Z) Bohorquez, CarolinaEneried Aranguren cerró los ojos y escuchó una explosión potente. Iba de regreso a su casa, empotrada en una colina del de La Buitrera, en la ladera de Cali, cuando desde la buseta VIO una nube de gases asfixiantes que inundaba la avenida Pasoancho con calle Quinta. Sus manos sudorosas apretaban la bolsa de chontaduros que le compró a su hijo menor, en la esquina del centro comercial Trade Center, minutos antes de subirse en la buseta Montebello. En el recorrido sintió que se le hinchaba el pecho. Después de curvas por la carretera se bajó lívida, así ya estuviera a salvo, mIentras se internaba por una loma semioscura y sin pavimentar. Al de aquel camino está su casa, aún en obra negra, entre algunos arboles que se pueden ver por la puerta principal de barrotes de color verde oliva.Ítem Donde caliente el corazón(Universidad Icesi, 2010-04-22T00:07:06Z) Luna, AngélicaEstaba sola en Barcelona con lágrimas en la cara y tomando un café, cuando de la nada un señor se le acercó y le preguntó qué le pasaba. "Yo tenía que desahogarme, así que le conté la Él la invitó a su apartamento y ella fue porque no tenía otro remedio. Y resultó ser su ángel de la guarda. "A veces la gente ve personas y sienten personas. Eso fue lo que me pasó". Y ese señor fue quien se convirtió en su segundo marido y la ayudó a conseguir trabajo, a aprender el idioma y a adaptarse. "Es la cosa más maravillosa que me ha podido pasar, él me valora y aprecia mucho': dice Ana, una mujer de treinta y siete años que recibe a todas las personas con una gran sonrisa, una personalidad extrovertida y con un acento fuerte, marcado y en ocasiones confuso. Ana nació en Ucrania y ha recorrido muchas partes del mundo tratando, como tanta gente, de buscar una oportunidad de trabajo”.Ítem Una vida entre carreras(Universidad Icesi, 2010-04-22T00:05:52Z) Valencia B, Paola AndreaIba manejando normal, por la 32, como por el Jardín, cuando una muchacha me hizo la parada. La recogí y estaba llorando. Le pregunté qué le pasaba, por qué lloraba. Me dijo que había peleado con el novio y la había dejado. En el camino seguimos conversando y yo iba dándole consejos. Me contó que ella lo había pillado con otra muchacha. Entonces le dije que no fuera bobita, que tan bonita, tan hermosa que era y peleando por un hombre. Ella me decía que lo quería mucho y estaba muy tragada. Le dije que había más hombres y que tenía que salir adelante. Y así, íbamos charlando. Le pregunté dónde vivía, por la familia y otras cosas, hasta que llegamos a la casa. Me dijo que yo charlaba muy bonito, que la trataba muy bien. Y agregó: "¿Sabe qué... ?, pues le voy a dar veinte lucas para que usted esté conmigo una hora". Yo le dije: "Mami, no, que pena con usted, yo charlo sin ningún interés de nada". Me dijo: "Tranquilo': y nos fuimos a una panadería a charlar. Me gastó todo, nos tomamos unas Pony Maltas, se desahogó y ni más la volví a ver.